Viernes, 23 de enero de 2009. Gracias Señor Jesucristo, por otro año que me diste. Gracias por los días grises, pues en ellos aprendí a valorar. Que la luz de la alegría sólo de ti proviene. Gracias por la soledad y la tristeza,. Pues al verme amenazado por ellas,. Te busqué en lo reservado de la oración;. Leí tu Palabra y ella me llenó de gozo. Y versos de júbilo brotaron de mi alma. Gracias Señor, porque llenaste el vacío. Que en mi corazón dejó el amigo que.

YA NO MÁS BÚSQUEDAS, ESFORZADO EXPLORADOR. Viernes, 23 de enero de 2009. A Saúl Edgardo Alfaro hijo, ante su partida. Ya no más búsquedas, esforzado explorador. Terminaron tu peregrinaje y tus faenas,. Ahora te deleitas ante la presencia de tu Rey. Tu alma como pájaro ascendió hasta el Palacio celestial. Y allá descansas, libre de temores,. En los frescos prados de tu buen Pastor. Mientras acá en la tierra,. Recordamos tu audacia y tu valor,.

Viernes, 23 de enero de 2009. Veinte estrofas serían pocas, mi Dueño. Para cantarte la dicha única que tuve. Esta mañana a la orilla de tu playa. Cuando tu aliento sopló mis sentidos. Y quiero contarte con mi verso patria. Que todavía sufro por esa niña traviesa. Que deambula golpeada y malherida,. Sin hallar, por fin, a su samaritano cielo. Vengo asimismo con este verso hombre. Y que hoy como nunca en rebelión ingrata.

Viernes, 23 de enero de 2009. Yo no sé de diversiones en domingo. Ni de vuelos encumbrados, ni de visas,. Ni de almuerzos en restaurantes de primera,. Vengo de un cantón que me amarra a su gente,. De platicar con una yunta,. De oír el canto de la chiltota y del chonte,. De comer queso y crema de los buenos,. De respirar el aire puro que la patria. De aquellos lares no nos niega. Yo conozco los cipreses; me he cobijado. Del blanco y amarillo de los corteses.